viernes, 1 de febrero de 2013

EL TABACO



Todo el mundo sabe que el tabaco es malo para cualquier ser humano pero que por A, B o C muchos son los seres humanos que lo consumen/consumimos. Unos por activa y otros por pasiva.

Cuando los seres más maravillosos del mundo entran en juego hay que reflexionar. Mucho se ha oído hablar de si se debe multar o no a un padre porque fuma en el coche con sus hijos dentro, de si un familiar fuma en una habitación con niños, de fumar al lado de un parque…Creo que no debemos ir ni a un extremo ni al otro.

No hace falta decir que es malo, malo, malísimo para la salud de un niño que un adulto fume a su lado pero también es cierto que hay otras cosas iguales o peores y que nadie se inmuta. Lo ideal sería que el adulto sea lo suficientemente responsable como para no tocar el encendedor o que se le quitaran las ganas de fumar en el momento que ve a un niño cerca de él pero no siempre es así.

Yo era fumadora. Pero fumadora, fumadora, fumadora. De paquete diario. Antes de quedarme embarazada era una de las cosas que me preocupaban muchísimo: “¿qué voy a hacer cuando me quede embarazada?, no voy a poder dejar de fumar”. En esos momentos aparecen vocecillas que te dicen: “yo, en cuanto me quedé embarazada, lo dejé”. “yo me quedé embarazada y el tabaco me daba asco” “yo…”. Nada, yo me quedé preñada y quería seguir fumando. Sí, soy de esas malas madres, las que son de voluntad cero y no pueden dejar de fumar. LO SIENTO!

En este momento es cuando entran otras vocecillas que dicen: “es mejor fumar poco que no NO fumar por el estrés que provoca”, “Hasta 5 cigarros al día puedes fumar sin problema”, “es peor beber alcohol que fumar” …

Yo fumaba mis 5 cigarros al día y había días que 7! LO SIENTOOOO!

Al nacer la peque algo cambió. Los 3 días en el hospital, el que tal vez la viera menuda para lo que yo pensaba que iba a ser, no sé. Algo cambió. Una vez me dieron el alta, me fumé mi último cigarrillo en casa, en la cocina, con la ventana abierta. A medio cigarro, el cual me supo fatal tras 3 días sin fumar, la niña empezó a llorar. Nunca más he vuelto a fumar. Al principio porque no tenía ni tiempo de encenderme un cigarro atendiendo a mi bebé y ahora porque creo que ha sido la mejor elección que he hecho en mi vida. Por mi salud, la de mi hija y la del bolsillo, jeje. Es más, al año, papá también dejó de fumar.

Conozco casos en los que las madres han fumado antes, durante y después de tener un bebé, otras que no fuman durante el embarazo pero vuelven a fumar una vez han dado a luz, otras que lo dejaron antes de quedarse embarazadas y no han vuelto, otras que lo dejaron y a los 2-3 años han vuelto…aunque es evidente que lo mejor es no fumar nunca y vivir en un espacio sin humos.

Así que no pienso juzgaros, madres del mundo, por si habéis fumado o no en vuestros embarazos y posterior crianza ni daros la chapa y sermones respecto al tabaco pero lo que es evidente que es malísimo para vuestros peques así que, si no lo habéis dejado, haced un ejercicio de reflexión e intentad dejar de fumar. Si no podéis no pasa nada pero al menos intentadlo. Gracias!

Este post no es científico, ni lo pretende ser, sino que es vivencial.

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